Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imagínese que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza” Y sabe que es lo peor, hoy en día hay muchas personas incluyendo a cristianos. Que todavía viven atados, encadenados a la impotencia del pasado, nunca sean dado la oportunidad de olvidarse de lo viejo y volver a empezar. Creen que son unos fracasados solo porque en el pasado les fue mal en el negocio que emprendieron, o no les funciono esa relación amorosa que iniciaron. A eso se le llama cadenas de maldición. Cadena es la unión de varios eslabones, con el propósito de poder atar, asegurar algo o alguien, y de esta manera impedirle movilizarse, avanzar más de donde le permite la cadena, o evitarle el sano crecimiento y desarrollo. Que origina una cadena espiritual y cuáles son los eslabones que la están conformando: 1. No renunciar al pasado: es posible que así como el elefante, también nosotros hayamos tenido una infancia, o un pasado difícil, lo importante es que debemos creer que ahora con Cristo somos nuevos, tenemos una nueva manera de vivir, no dejes que el pasado te siga atormentando, no importa lo que haya sido; maltrato, abusos, pobreza etc. Esa enfermedad, esa pobreza puede ser más mental que física. Recuerda las promesas de Dios. Apocalipsis 21: 5 “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” 2 Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2. Dejar que otro nos envenene: hay muchas personas que tal vez no por maldad, pero meten cizaña a nuestro corazón, no prestes tus oídos a comentarios que no te enriquecen. Si esos comentarios no te van hacer crecer recházalos. Hay muchas madres que consideran que sus hijos varones deben tener muchas novias, y les dicen: no es bueno que el hombre tenga una sola novia, pero cuando el novio o el esposo de su hija tiene varias, entonces le dice a su hija no te dejes, como es posible que el tenga otra, me pregunto, ¿no será que su hija es tan solo una de las mujeres que ella dice que los hombres deben tener? Entonces porque se enoja. hay personas que no quieren que sus consejos se apliquen en su vida. 2 crónicas 22: 3 “También él anduvo en los caminos de la casa de Acab: pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente” 3. Dejar que otros manejen nuestra vida: no dejes que otros manejen tu hogar, recuerda si tú eres la cabeza y tú la reina de ese hogar no permitas que otros aparte de Cristo, gobiernen tu casa. V 4 “Hizo pues lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición” La consecuencia de no tener carácter, y no poder decidir por sí mismos es que siempre te estarán metiendo en problemas. V 5 “Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde los Siros hirieron a Joram” Como romper cadenas: Las cadenas o ataduras son como los grandes árboles, si tu quieres acabar con un árbol que te está dañando el antejardín o tu casa, no es suficiente con tan solo cortarle las ramas, o aun con cortarlo con todo tronco; es necesario arrancarlo con toda su raíz, si cortas el árbol pero dejas la raíz, con el tiempo el árbol va a volver a crecer. Toda cadena de maldición tiene una causa, una raíz; pecado oculto, falta de perdón, amargura. Etc. Pero sabes una cosa cualquiera que sea la raíz que está generando esa cadena, el asidero y lo que la alimenta y la mantiene cada día mas fuerte es tu mente, por eso es necesario que renovemos nuestra mente, nuestra forma de pensar. Efesios 4: 23 “y renovaos en el espíritu de vuestra mente” si sigues pensando que eres pobre siempre serás pobre, deja de buscar lastima, deja de hacerte la victima de todo, el desplazado de la bendición de Dios. ¡Tú eres un victorioso(a)! 1. Confía en Dios. 2. Cree que Cristo ya te hizo libre. Gálatas 5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” en alguna ocasión escuche en un noticiero de televisión, que una señora que por muchos años de estar en la cárcel un día le llego la carta de excarcelación, quedaba libre, en un principio ella se alegro, pero después se puso a pensar: ya estoy muy vieja, allá a fuera ya no tengo ningún familiar que me espere, nadie me va a dar trabajo, al final tomo una decisión, les dijo a las autoridades de la prisión que ella mejor se quedaba en la cárcel. De esta misma forma hay cristianos que sabiendo que Cristo ya los hizo libres prefieren vivir en esclavitud. 3. Rechaza todo tipo de cadena: muchas veces nosotros mismos nos atamos con nuestras propias palabras, si el papá tenía diabetes, si la mamá murió de cáncer, no atraigas con tus palabras. Hay muchas personas que se convierten en un peligro cuando van a una clínica a visitar a un enfermo: lo primero que dicen es: hay de esa misma enfermedad se murió mi perro. Conclusión Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón, somos libres, solo es cuestión de creerlo, pablo dice que nosotros en Cristo ya somos benditos con toda bendición en los lugares celestiales. Solo créelo. Efesios 1: 3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” el poder está en nuestra mente y en nuestras palabras, por eso cuando declaras que eres victorioso, debes hacerlo convencido de ello, y tu vida será transformada, e iremos de victoria en victoria.
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