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LUCHA POR TU MILAGRO
Enero- 31- 2010. 2 Reyes 4: 8- 37
	Cuando hablamos de luchar no necesariamente estamos hablando de pelear, Luchar también significa, esforzarse, trabajar. Luchar por  un milagro es hacer mi mejor esfuerzo por conseguirlo, o no permitir que otros, o las circunstancias me lo arrebaten. A través de esta historia de la sunamita vamos a aprender cómo obtener un milagro sin siquiera pedirlo.

Lo primero que tenemos que hacer es acercarnos a Dios, si queremos los beneficios de alguien tenemos que estar cerca. V 8 “Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer”

De esta manera lo podemos conocer, solo estando cerca de alguien lo podemos conocer, y aun hasta enamorarnos de esa persona, es difícil enamorarse de alguien cuando no se lo conoce, la sunamita primero lo invitaba a comer, y en esos momentos fue que lo conoció verdaderamente V 9 “Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios” a través de la Adoración, y la palabra es que comenzamos a conocer y a enamorarnos de Dios.

Debemos invitar a Dios a que viva en nosotros, y darle lo mejor, para poder a traer su presencia es necesario, que no le sirvamos en una loza desechable, Dios se merece lo mejor de nosotros. V 10 “Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él” no el tiempo que me sobra. “si tengo tiempo voy al templo”

Cuando Dios ve un corazón dispuesto a recibirlo y atenderlo como él se merece, es cuando pronuncia la pregunta más espectacular de nuestra vida. ¿Qué quieres que haga por ti? Y así nosotros no queramos, el ara un milagro por nosotros. V 13 “Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo” lo podemos servir en su obra, dándole lo mejor de nuestra alabanza y Adoración.

Pero cuando todo estaba listo, y preparado para el gran milagro... tenía que salir la duda, y entonces ella dijo: no te burles de mí. V 16 “Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva” cuantas veces cuando estamos en lo mejor de la alabanza y Dios dice te voy hacer un milagro, vas hacer sano(a), en pieza la duda o dejamos de adorarle con fervor y no dejamos que el espíritu de Dios nos de ese hermoso regalo que estábamos esperando.

El milagro se dio, nació el niño creció, lo tuvo en sus brazos hasta que murió. V 19-20 “y dijo a su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre. 
4:20 Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió” y ella no hizo nada, espero desde la mañana hasta el medio día. Si Dios te responde, pero tu milagro se enferma, desmejora, no esperes a que se te muera, grita clama, ayuna, as algo, no te alejes de Dios con cualquier disculpa sin sentido.

La muerte la hizo reaccionar, entonces trato de buscar ayuda divina a su manera, y en la comodidad, ella llevo al niño a la cama del profeta queriendo tomar una unción que no le correspondía, y no paso nada. V 21 “Ella entonces subió, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se salió”

Hasta que por fin acudió a la persona indicada y al lugar indicado. Si queremos un milagro de parte de Dios, es a él a quien tenemos que buscar, a través de la oración y la Adoración, y lógicamente en su templo, somos nosotros los necesitados, no él. V 22 “Llamando luego a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese”

No hizo caso a las palabras de desanimo, ella sabía muy quien tenía la solución, aunque el niño estuviera muerto ella estaba segura que para Dios no hay nada imposible. V 23 “El dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió: Paz” no importa si los demás no creen en nuestro Dios tu sigue adelante no te detengas ni siquiera a escucharlos.

Ella sabía que de su actitud dependía mucho el milagro que estaba esperando, cuando los demás le preguntaban cómo esta, ella decía ¡Bien! Como podía estar bien si su hijo estaba muerto, pero ella declaraba que estaba bien porque creía que iba estar bien, tu vida será lo que tú quieras verla si te crees victoriosos serás victorioso, si te crees un derrotado serás un derrotado. V 26 “Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Les va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien”

Esta mujer no se resignaba a irse sin la presencia del profeta, cuando ella escucho que en lugar de él iba a ir su siervo ella dijo: yo no te dejare. De esa misma forma debemos luchar y no soltarnos de la mano de Dios hasta que nos bendiga, pero muchas veces hacemos lo contrario, en lugar de buscarlo más cuando los problemas quieren volver a nosotros lo que hacemos es huir de Dios.  Jacob en una ocasión dijo lo mismo” yo no te suelto hasta que me bendigas”. V 30 “Entonces dijo él a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y ve; si alguno te encontrare, no lo saludes, y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño. 
4:30 Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré”

Eliseo preparo el medio adecuado para que se produjera un milagro, se encerró, es decir busco la intimidad con Dios. V 33 “Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová”

Dios hizo el milagro a través del calor del cuerpo de Eliseo, Dios necesita de tu calor para ejecutar el milagro, de tu pasión, de tu entusiasmo, de tu energía. V 34 “Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor”

Ser agradecido es algo que cautiva el corazón de Dios, nosotros no solo debemos postrarnos a los pies de Cristo solo para pedirle milagros, también debemos hacerlo para darle gracias, por todo lo que nos ha dado, así en el momento todavía estemos pasando por dificultades. V 37 “Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió”

Conclusión.  

·        Si todavía no has recibido tu milagro, no dudes, pronto vendrá

·        Si ya recibiste tu milagro mantenlo vivo, y sobre todo se agradecido con Dios

·        Si el milagro que recibiste se te murió, reacciona, aun hay tiempo para un nuevo milagro, no huyas, busca mas la presencia de Dios.