¿Podemos amar como Dios? Todo padre quiere que sus hijos le sigan sus pasos, es decir desea que algún día ellos sean como es el, este es el mismo caso de nuestro padre celestial, el desea que algún día nosotros los que nos llamamos hijos podamos imitarlo. V 1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados” pero para poderlo imitar es necesario que sepamos que es el, o quién es él. 1 Juan 4: 8 “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” si Dios es amor y nosotros somos hechos de acuerdo a su imagen y semejanza, entonces nosotros también somos amor. Y lo más natural es que nosotros debemos andar con forme a lo que decimos que somos, si somos hijos de Dios debemos comportarnos como tal. V 2 “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” Cristo nos sirvió de ejemplo, el se entrego primero por nosotros. Pero es muy difícil dar algo de lo que no se tiene, sería lo mismo que se girara un cheque sin tener fondos, antes de girarlo es necesario primero consignar. Es por eso que muchos que quieren dar amor sin tener, andan siempre sobregirados. Para dar amor, es necesario recibirlo, y el único que puede hacer muy buenas consignaciones de amor en nuestro banco del corazón es Jesucristo. 1 Juan 4: 18- 19“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor; Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” El depositante de amor en nuestra cuenta es el espíritu santo. Romanos 5: 5 “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” es por eso que nosotros amamos de una forma antes de conocer de Cristo y de otra manera muy diferente después de recibir a Cristo en nuestro corazón. Si tú estás amando de la misma o de peor forma que antes de conocer a Cristo, entonces algo está pasando con tu relación con Dios, el espíritu santo no te ha consignado nada, y tu corazón está saldo en rojo. El amor de Dios trasforma vidas, deja que el espíritu santo derrame todo su amor, y vivirás como Cristo quiere. V 3-6 “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.” Analiza cada una de las palabras de los versículos anteriores, si encuentras que en tu vida, todavía hay algo de lo que se menciona, entonces no es que estés perdido, lo único que tienes que hacer es arrepentirte de corazón, reconocer que tal vez sigues buscando de Dios solo por emoción, o por milagros, pídele al espíritu santo que te ayude, y serás transformado en alguien diferente, tal como Dios y tu familia quieren. En alguna ocasión se encontraron, dos personas que no se llevaban muy bien, ella le dice a él: si yo fuera su esposa ya le hubiera dado a beber veneno; y el le contesta: si yo fuera su esposo, ya me lo hubiera tomado. El amor de Dios nos hace vivir como hijos de luz, nos hace ser testimonio, no solo ante los demás, sino ante nosotros mismos, y ante nuestra familia. V 8 “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” El espíritu santo nos llena de su fruto. V 9 “(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),”solo el amor de Dios nos hace tener paciencia, tolerancia, y porque no decirlo, en algunos casos nos hace soportar a los demás, incluyendo a nuestro cónyuge. Como podemos dejar a un lado la mundanidad, ¿el espíritu santo lo hace todo? ¡No! de lo contrario no seriamos seres humanos, seriamos entes, o robots, la decisión es nuestra Dios nos ha dado el poder para reprender en su nombre todo lo malo que nos ataba al mundo de las tinieblas. V 11 “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;” El amor de Dios nos da sabiduría para aprovechar bien los días, cada día el mundo está peor, Satanás trata de dañar los hogares metiéndose a ellos a través de los amigos, la televisión o el famosos internet. V 15-17 “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” El amor de Dios hace que nos podamos someter mutuamente, los unos a los otros, sin Cristo, cada uno quiere mandar o dominar al otro, y aplica la famosa ley del embudo, lo angosto para ti lo ancho para mí. V 21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios” El resultado del amor de Dios en nuestro corazón, es que podemos lograr el propósito de Dios, tener familias felices. · Esposas: llenas de amor, sujetas no por obligación, la ayuda idónea. V 22-24 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” La sujeción de la mujer al esposo no será un tormento, será algo agradable. Esposos: amadores de sus esposas, respetuosos, capaces de restaurarlas y presentárselas a Dios perfectas, Cristo se enamoro de una novia contaminada, pero él a través de su sangre el limpio. V 25- 28 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” Solo con el amor de Dios, somos capaces de cumplir con los mandamientos de Dios, en especial el de dejar todo para formar un nuevo cuerpo, nuestra familia. Este es el más difícil, muchos logran desligarse de la casa pero no del corazón, todavía dependen de mami, para todo. V 31 “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne” muchos hogares se destruyen, porque cualquiera de los dos. Esposo o esposa no han logrado este paso. En la mayoría de los casos los culpables son los padres, que nunca permitieron que sus hijos crecieran, ya tienen cincuenta años, pero para ellos todavía son sus bebes. Conclusión: El poder del amor es todo un misterio, pero dejar padre y madre, dejarlo todo para crear una nueva relación con el fin de que nos vaya bien es todavía un misterio más grande, pero lo único que tenemos que hacer es creerlo, obedecer, y veremos grandes resultados. Solo inténtalo, confía en el señor Jesucristo. V 32-33 “Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” |
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