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2. ESTRUCTURA DEL SERMÓN Cuando predicamos lo hacemos desde la plataforma total de la revelación de Dios al hombre, es decir, tenemos una visión panorámica total de la obra de Dios. Al elaborar el tema, se debe realizar un plan, a fin de organizar las partes, que llevan al clímax, la exhortación final. Se trata de establecer como una arquitectura mental en la que los pensamientos se expresen de manera ordenada. Nunca un sermón podrá hacer efecto, si solo es el conjunto de buenas ideas expresadas en desorden. (1 corintios14.40) Cuando buscamos material para el sermón, el primero y mas sencillo método es someter el texto Bíblico a un bombardeo de preguntas: ¿Cuándo fueron escritas estas palabras? ¿A que población se destinaron? ¿Por quien? ¿De que esta hablando el escritor? ¿Qué objetivo se proponía al escribir el texto? ¿Qué enseñanza nos deja? TODO BUEN SERMÓN CONSTA DE LAS SIGUIENTES PARTES: El Titulo: indica el tema para tratar El Cuerpo o Contenido del sermón: Es el mensaje en si, siguiendo un orden lógico en su exposición 2.1. TITULO: Una ves escogido el tema, se le debe poner un titulo adecuado. Debe ser breve. Debe ser atractivo, para despertar la atención, y despertar el deseo de conocerlo. Debe estar de acuerdo con el tema que se va a tratar. 2.2. INTRODUCCIÓN DEL SERMÓN Los dos puntos mas importantes de un sermón son la introducción y la conclusión. Con la introducción, obtenemos la atención de los oyentes; con la conclusión, los llevamos al punto decisivo. Nunca debemos empezar a exponer un tema sin haber motivado al auditorio de tal manera que se les despierte el interés y estén expectantes del mensaje. Hay varias de lograrlo: Una de las mejores formas de introducción, es la referencia a un hecho actual, o aun incidente que se haya publicado en los periódicos. También se puede introducir el tema explicando el origen del sermón. Es bueno, de vez en cuando, que el predicador cuente sus experiencias personales, los tratos de Dios y en que circunstancias Dios le inspiro ese sermón. A veces resulta necesario al empezar el discurso, hablar del texto, de las circunstancias que rodearon al autor bíblico, y de la situación especifica en que se escribió el texto bíblico. La introducción no debe ser demasiada larga, ni tampoco sensacionalista, y se debe cuidar que tenga una relación vital con el tema, de tal manera que sea un puente o una transición natural hacia el contenido o cuerpo del sermón. Se debe evitar cansar, desde el principio, con exhortaciones al arrepentimiento; así mismo, evitar comentarios iniciales de personas con nombres propios. Reglas para ordenar las ideas dentro de un sermón: * Lo general tiene que preceder a lo particular. Todos los hombres somos pecadores, tu y yo también lo somos. * Si tomamos el elemento tiempo, no debemos invertir el orden sino, ir del pasado al presente, y luego al futuro. Ej. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. * si hay elementos como manifestación, causa, resultado, inicie por la causa; luego la manifestación y, por ultimo, el resultado o la consecuencia. * Siempre se deberá poner de ultimo el punto que lleve a la decisión más importante que se desea lograr con el sermón. * En todo sermón debe notarse un avance en los puntos, como un escalón que lleva a otros. 1. ¿Qué significa buscar al Señor? 1.1. Es buscar el conocimiento de El. Juan 1.18 1.2. Es buscar su comunión. Colosenses 1.21 1.3. Es buscar su favor. Efesios 3.19-20. 2. ¿Cómo se debe buscar al Señor? 2.1. Con sinceros deseos de tenerle. Sal 42.1 2.2. Por medio de la oración. Mateo 7.7 2.3. Con una búsqueda perseverante 3.1. Desde nuestra juventud. Ec. 12.1. 3.2. Mientras vivamos 4. ¿Qué ofrece el? 4.1 Eterna misericordia. Sal 63.3-4 4.2 Abundante perdón. Is. 56.7 El uso de las ilustraciones: Las ilustraciones son para un sermón lo que las ventanas para una casa: hacen entrara la luz del argumento en la mentes, para aclarar las ideas abstractas que resulten pesadas e incompresibles. Jesús nos da un gran ejemplo en el uso de las ilustraciones, El siempre acudió a las parábolas para aclarar las enseñanzas que daba. Aun que las ilustraciones son de gran utilidad, no se debe abusar de su uso, porque se corre el riesgo que la gente preste demasiada atención a las anécdotas y olvide los argumentos de la predicación. Cuando las ilustraciones(anécdotas) son personales, se acrecienta el interés del publico, pero se debe tener cuidado de no caer en la pedantería o contar cosas demasiado triviales que pueden resultar aburridas para el auditorio. Las ilustraciones también pueden referirse a noticias del periódico, cuentos, historias, datos biográficos de grandes hombres, artículos sobre ciencias, artes etc. Lo mas esencial en el uso de las ilustraciones es el modo en que son contadas. Una ilustración excelente puede producir muy poca impresión a los oyentes, si es contada con indiferencia. Si en cambio da demasiados detalles, puede opacar el mensaje central. El predicador debe mostrarse interesado en lo que cuenta y mantener el interés del auditorio, a través de una narración vibrante que estimule la imaginación de los oyentes. 2.4. Hay líderes que en su predicación no encuentran la manera de terminar y, por eso divagan, repitiendo lo mismo una y otra vez, hasta que el publico en lugar de sentirse conmovido por el tema, desea ansiosamente que termine pronto. El consejo de los grandes predicadores es: “ Di lo que tengas que decir, y termina cuando lo hayas dicho”. ¿Cómo concluir? · Hacer una recapitulación · Realizar un resumen de los puntos principales del sermón, haciendo énfasis en el desafió o la exhortación final · Use una ilustración o un poema · Citar una frase ilustre, el verso de una canción o ilustración, siempre buscando impactar la voluntad de los que oyen · La conclusión es el punto culminante del mensaje y es en este momento cuando el predicador ha de hablar con mayor fervor, no se trata de leer unas líneas escritas en el papel, sino de que el auditorio sienta que esta bajo el poder del Espíritu Santo. · Se deben evitar frases vagas y de poco sentido; preferiblemente llevar frases preparadas que concreten el mensaje y lo dejen grabado en el corazón de los oyentes. · Acentuar mas el lado positivo mas que el negativo en la conclusión. El mensaje de Dios es siempre un mensaje de esperanza y de respuesta. · Abstenerse de cualquier acto que distraiga la atención, como mirar el reloj, dejar caer una hoja, mirar hacia la parte de atrás del publico 25. ORACIÓN FINAL. El broche de oro es una oración dirigida, en la que los oyentes sean confrontados con la verdad expuesta y animados a ponerla por obra. Un sermón se debe preparar de tal manera que cada predicación sea un bálsamo, para que todos aquellos que hayan venido con sentimientos de culpa, o que estén pasando por aflicción, se sientan ministrados por el amor de Dios. Esto hará las reuniones deseables para la gente; nunca querrán faltar y ellos mismos estarán motivados a traer personas nuevas. Los sermones fuertes y “golpeadores”. No son muy efectivos. ¿Por qué empeñarnos en abrir la llaga para que penetre la medicina, si esa tarea es del Espíritu Santo?. LECCIÓN Nº 3: TIPOS DE SERMONES En líneas generales, el sermón bíblico puede ser catalogado en tres clases: Sermón textual: Este sermón se limita a exponer y explicar un texto bíblico, Formado por uno o varios versículos. Sermón temático: Este sermón se basa en un tema o asunto por tratar Sermón Expositivo: Es el sermón que comenta un pasaje bíblico, narración o Parábola de 1. SERMÓN TEXTUAL O SECUENCIAL Los textos Bíblicos pueden ser usados en tres formas por los predicadores Como de partida para el sermón: En este caso se usa una especie de plataforma desde la cual el predicador se lanza a hablar, muchas veces sin tener en cuenta el contexto, usando el texto como excusa y no como base de la predicación. Como punto de socorro o apoyo: Otros predicadores dicen su texto y predican, sin orden, pensamientos mas o menos buenos, pero que por lo general no tienen mucha relación con el contexto, muchas veces sin establecer ninguna relación lógica entre las partes del mismo. Como verdadero texto y fundamento del sermón: el predicador expone y explica un texto bíblico, palabra por palabra. El hecho de exponer un versículo o versículos detallados da autoridad divina al sermón, pues el texto habla por si mismo. El método mas sencillo para preparar un sermón textual es el de comentar el versículo o porción bíblica, palabra por palabra. Hay textos bíblicos, con los que fácilmente se puede hacer este tipo de sermón, pero no todos sirven para ser desarrollados así. 1. Invertir tiempo en la preparación del tema: La tendencia dominante en nuestros días es no dar suficiente tiempo a la preparación del tema; siempre se esta diciendo que es por el poco tiempo que se tiene. Un líder cristiano, por lo general es una persona muy ocupada y prepara sus mensajes con excesiva prisa. Esto puede llevar a que repita una y otra vez sus mensajes favoritos, porque carece de otros, desmotivando así a los oyentes, que siempre quieren oír algo nuevo y confortante. Cuando un líder se coloca frente al auditorio con un corazón y un mensaje debidamente preparado, sus palabras adquieren un poder persuasivo y llegan a la mente y el corazón de los que escuchan. Algo indeseable en un predicador, es que se ocupe tanto de la preparación del tema, que no le queda tiempo para preparase a si mismo. 2. EL USO DE El uso de las adecuadas palabras es el secreto de una buena predicación. La palabra es el reflejo de un proceso de pensamientos, este proceso nos lleva a la selección de las palabras que tanto bien (o tanto daño) pueden hacer. Hay tres cualidades por tener presentes en nuestras palabras, al predicar: Precisión: debe haber congruencia entre el pensamiento y las palabras, es decir, que Las palabras elegidas expresen lo que quieren decir. Claridad: Se deben eliminar las palabras superfluas e innecesarias Belleza: es necesario colocarle estética al pensamiento, que estamos expresando Por medio de nuestras palabras. La mejor manera de enriquecer nuestro vocabulario es hacer de la lectura un habito diario de nuestra vida, y usar el diccionario como una herramienta en nuestra labor diaria. También es bueno llevar un registro de palabras nuevas y solo usarlas después que conozcamos su significado. El lenguaje ordinario y grosero no cabe en el léxico de un predicador. Para lograr nuestro objetivo en la predicación, necesitamos ser precisos con el tema, exponerlo de tal forma que los que nos oyen puedan seguir la secuencia, y ponerle pasión de tal manera que mueva los corazones a la acción.
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