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NAAMAN
Febrero- 14- 2010. 2 Reyes 14: 1- 27
	Mi abuelita decía: en la vida no hay nada completo, siempre nos falta los cinco centavos para el peso,  la historia de Naaman tenía algo de parecido, a él hasta su nombre le ayudaba, Naamán significa: precioso, placentero, completo. Tenía una excelente posición era general de Siria, era popular y prestigioso, Dios le daba la victoria, era valeroso, pero tenía un pero, ¡era leproso!, tal vez la lepra que tenia no era contagiosa, pues no había sido aislado, antes por lo contrario tenía mucho éxito a pesar de su enfermedad.

El hecho de que Naamán fuera leproso no le impidió ser el mejor General, y no solamente era un hombre valiente, dice que era un hombre extremadamente valeroso. Cuantas veces nosotros solo con pequeños problemas ya estamos desanimados, y renegando de Dios, los problemas no deben ser para inspirar lastima, los problemas deben motivarnos a mejorar, cada día lo que estamos haciendo.

V 1 “Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.”

La esclava lo envió donde el profeta Eliseo, pero como todavía dominaba el orgullo, Naamán no se dirigió al profeta, fue a buscar al rey. Creía que para obtener un milagro se necesita de influencias políticas. V 5, 6 “Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. 
5:6 Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra”

Para que Naamán pudiera recibir un milagro, era necesario quitarle el orgullo, V 10 “Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio”

¿Que necesitaba Naaman para poder ver un milagro?

1.     No encasillar a Dios. V 11 “Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra” Dios se mueve como a él le place de muchas maneras, el cristianismo show, a determinado que Dios se mueve solo a través de los gritos, y si la persona no cayo entonces no se movió Dios. Elías se estaba acostumbrando a un Dios de fuego, de terremotos, por eso Jehová en la cueva le quiso enseñar que él se mueve y se manifiesta como él quiere, y se le presento en un silbido apacible. 1 Reyes 19:12.

2.     Ser obediente. De nada sirve tener fe si no se obedece. V 13-14 “Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 
5:14 El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio”

3.     Tener fe. Si los milagros son sobre naturales debemos creer que la forma para conseguirlos también son de manera sobre natural, que muchas veces no la entendemos pero que es necesario que lo creamos. Muchas veces no es necesario que nos digan mete a un rio, pero si nos puede decir búscame de madrugada, ce al templo y ahí te responderé.

4.     Actuar en la fe. Era necesario que Naamán se metiera en el agua, era necesario, que se cavaran los posos, era necesario que pidiera vasijas, es necesario escribir en un papel, a veces lo que Dios nos pide parece tan ilógico, y no entendemos que es ahí cuando ponemos a funcionar la fe.

5.     No temer al fracaso. Era necesario que se metiera siete veces, es necesario que lo intentemos una y otra, y otra vez, no te rindas si todavía no has logrado lo que estas buscando no te des por vencido, sigue intentado, puede ser que en la última puerta que toques este la solución.

Conclusión: para Dios no hay nada imposible el solo necesita que lo dejemos actuar

Servirle sin condición, ni ningún interés. V 15-16 “Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.
5:16 Más él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso”

El interés produce malestar y carga: V 20,25-27 “Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de él alguna cosa; Y él entró, y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte. 
5:26 El entonces le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? 
5:27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve”

Cuando le servimos o lo buscamos a Dios solo motivados por el interés, sentimos que los problemas de los demás nos afectan, se nos convierten en cargas, y nos desmotivamos con facilidad. Nuestro estado de ánimo gira de acuerdo al estimulo que los demás nos puedan dar, si no nos felicitan entonces nos sentimos desanimados y sin ganas de seguir.

Trabaja para Dios, es él quien nos dará el galardón que merecemos