SOLDADOS DE JESUCRISTO
 

El cucharón.... 
Federico vivía, en un departamento con Carla. 
Ante los ojos de la familia de Federico, Carla solo compartía departamento con Federico... Nadie podía comprobar otra cosa. 
Un día, Federico invita a su madre a cenar una noche en su departamento de soltero. 
Durante la cena la madre no pudo quitar su atención en lo hermosa que era Carla, la compañera de departamento de su hijo. 
Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenia relaciones con Carla y al verla, la sospecha no pudo sino acrecentarla. En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se pregunto si estarían acostándose. 
Leyendo a su madre el pensamiento Federico le dijo: - "Mamá, sé lo que estas pensando, pero te aseguro que Carla y yo sólo somos compañeros de departamento" 
Aproximadamente una semana después, Carla le comenta a Federico que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa. 
Federico le dijo que, conociendo a su madre, dudaba que ella se lo hubiese llevado pero que le escribiría una nota, y que la dejaría en un lugar visible en la casa de su madre... en la puerta del refrigerador. Así que se sentó y escribió: 

"Querida mama: No estoy diciendo que tú tomaras el cucharón de plata de servir salsas pero tampoco estoy diciendo que no lo hicieras, pero el hecho es que éste ha desaparecido desde que tu viniste a cenar a mi departamento. Con todo cariño, Federico. 

"Unos días mas tarde, sobre su escritorio Federico encuentra una nota de su madre que decía: 

"Querido hijo: No estoy diciéndote que te acuestas con Carla o que no te acuestas con Carla, pero el hecho es que si Carla se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir sopa, que yo puse bajo sus sábanas. Con todo cariño, Mamá." 
MORALEJA: "A mamá es difícil hacerla pasar por pelotu**** 



La felicidad es un trayecto 

Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuando llegó un botecito con un solo pescador. 

Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó: cuánto tiempo le había tomado pescarlos? 
El pescador respondió que muy poco tiempo. 
El americano luego le preguntó porqué no permanecía más tiempo y sacaba mas pescado. 
El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El americano luego pregunto: pero qué hace usted con el resto de su tiempo? 
El pescador dijo, "duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos, tengo una vida "placentera y ocupada". 
El americano replicó, "Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar mas tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote mas grande, con los ingresos del bote mas grande podrías comprar varios botes y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador y eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a La Capital, donde manejarías tu empresa en expansión". 
El pescador preguntó, - ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso? 
A lo cual respondió el americano, "entre 15 y 20 años". 
"¿y luego que?" 
El americano se río y dijo que esa era la mejor parte. "Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones. 
"Ahhh, millones ...y; ¿luego que?" 
Dijo el americano. "Luego te puedes retirar. Te mudas a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomarás vino y tocarás la guitarra con tus amigos". 
El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?" 

"Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejaran ver las estrellas" 
¡LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO! 



Envejecer es Obligatorio; Madurar es Opcional 

El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mí alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. 'Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo? 
Me reí y le contesté con entusiasmo: '¡Claro que puede!' Ella me dio un abrazo muy fuerte. 
'Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?', le pregunté. Riéndose contestó: 'Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y 
viajar.' 
'Se lo digo en serio', le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad. 
'¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!', me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo". 
Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. 
No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes. 
Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, 'disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!' 
'No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.' Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.' 
'Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.' 
'Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!' 
'Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo 
tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años. 
Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.' 
'No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.' 
Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria. 
Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser. 

"No olviden que ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL." 



Zanahoria, Huevo o Café? 

El oro para ser purificado debe pasar por el fuego y el ser humano necesita pruebas para pulir su carácter. Pero lo más importante es; Cómo reaccionamos frente a las pruebas. 

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. 

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. 

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. 
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bowl. Sacó los huevos y los colocó en otro bowl. Coló el café y lo puso en un tercer bowl. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. 

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. 

Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, Padre?" El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. 

"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?" 

¿Y cómo eres tú, amigo? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan , te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. ¿Cómo manejas la adversidad? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café? 



Vivir Aprendiendo 
A los 5 años, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina. 
A los 9, aprendí que mi profesora solo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta. 
A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo. 
A los 12, aprendí que, si tenia problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa. 
A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo. 
A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada. 
A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños. 
A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mi madre cuando estaba comiendo algo preparado por mi mujer. 
A los 27, aprendí que el titulo obtenido no era la meta soñada. 
A los 28, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera. 
A los 30, aprendí que cuando mi mujer y yo teníamos una noche sin chicos, pasábamos la mayor parte del tiempo hablando de ellos 
A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo. 
A los 34, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada. 
A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que estoy en casa me gustaría estar viajando. 
A los 39, aprendí que puedes saber que tu esposa te ama cuando quedan dos croquetas y elige la menor. 
A los 42, aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estas corriendo los suficientes riesgos. 
A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle una pequeña postal. 
A los 47, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales. 
A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos. 
A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar demasiado en el. También a los 63, aprendí que no puedo cambiar lo que pasó, pero puedo dejarlo atrás. 
A los 64, aprendí que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca suceden. 
A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo. 
A los 71, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin resolver una pelea. 
A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas. 
A los 76, aprendí que envejecer es importante. 
A los 91, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido. 
A los 92, aprendí que todavía tengo mucho para aprender. 

Siempre estamos aprendiendo algo nuevo, algo lindo, algo digno, como por ejemplo que la paz no se logra si realmente no se está dispuesto a perdonar por ella, entender cuál es la verdadera importancia de la familia, de la gente simple, de la vida misma. Que si bien todos tenemos distintas cualidades, capacidades y habilidades, sepamos valorar las que tenemos y podemos ofrecer a los demás y además enriquecernos, aceptar y disfrutar con las que otros no pueden brindar. Saber aceptar nuestras limitaciones y no olvidarnos de nuestras metas, aunque muchas veces parezcan muy lejanas difíciles. Encaminarse hacia ellas es el primer paso hacia algo que ni siquiera podemos imaginar. 
Realmente no tiene mucha importancia hasta qué edad vivimos, lo importante es sentir que no lo hemos hecho en vano. 



Con el tiempo aprendes 

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. 
Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. 
Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla. 
Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. 
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. 
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. 
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes... 
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. 
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir. 
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible. 
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados. 
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes. 
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. 
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. 
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. 
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo.... ante una tumba..., ya no tiene ningún sentido... 
Pero desafortunadamente....SOLO CON EL TIEMPO.... 
Y como aún es tiempo... mando muchísimos saludos a todos.. para los que ya no estamos juntos, por todos los momentos buenos y malos que nos tocó vivir.. y a todos con los que ahora estoy pasando momentos geniales.. gracias por estar ... 
Y RECUERDA ESTAS PALABRAS: 

"EL HOMBRE SE HACE VIEJO MUY PRONTO Y SABIO MUY TARDE" JUSTAMENTE CUANDO YA NO HAY TIEMPO..... 


Fabulas 

El águila, el cuervo y el pastor 

Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito. 

La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse. 

Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños. 

Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y les dijo: 

- Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila. 



Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde. 


El águila y el escarabajo 

Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara. 

Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia. 

Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos. 

Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos. 



Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte. 

El águila de ala cortada y la zorra 


Cierto día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas y la soltó en el corral junto con todas sus gallinas. Apenada, el águila, quien fuera poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin comer: se sentía como una reina encarcelada. 

Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla. Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador. 

La vio una zorra y maliciosamente la mal aconsejaba diciéndole: 

--No le lleves la liebre al que te liberó, sino al que te capturó; pues el que te liberó ya es bueno sin más estímulo. Procura más bien ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo y te arranque completamente las alas.- 



Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto. 

El águila y la zorra 

Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron vivir juntas con la idea de que eso reforzaría su amistad. Entonces el águila escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol. 

Un día que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que estaba hambrienta cayó sobre las zarzas, se llevó a los zorruelos, y entonces ella y sus crías se regozijaron con un banquete. 

Regresó la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de la muerte de sus pequeños; 
¿ Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar, perseguir a uno que vuela ? Tuvo que conformarse con el usual consuelo de los débiles e impotentes: maldecir desde lejos a su ahora enemiga. 

Mas no pasó mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de su traición contra la amistad. Se encontraban en el campo unos pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevó una víscera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido. Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños aún no sabían volar, los cuales se vinieron al suelo. Corrió entonces la zorra, y tranquilamente devoró a todos los aguiluchos ante los ojos de su enemiga. 



Nunca traiciones la amistad sincera, pues si lo hicieras, tarde o temprano del cielo llegará el castigo. 

El águila y la flecha 

Estaba asentada un águila en el pico de un peñasco esperando por la llegada de las liebres. 

Mas la vio un cazador, y lanzándole una flecha le atravezó su cuerpo. 

Viendo el águila entonces que la flecha estaba construída con plumas de su propia especie exclamó: 

-- ¡ Qué tristeza terminar mis días por causa de mis plumas ! 



Más profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias armas. 

Las zorras a orillas del río Meandro 

Se reunieron un día las zorras a orillas del río Meandro con el fin de calmar su sed; pero el río estaba muy turbulento, y aunque se estimulaban unas a otras, ninguna se atrevía a ingresar al río de primera. 

Al fin una de ellas habló, y queriendo humillar a las demás, burlábase de su cobardía presumiendo ser ella la más valiente. Así, saltó al agua atrevida e imprudentemente. Pero la fuerte corriente la arrastró al centro del río, y las compañeras, siguiéndola desde la orilla le gritaban: 

-- ¡ No nos dejes hermana, vuelve y dinos cómo podremos beber agua sin peligro ! 

Pero la imprudente, arrastrada sin remedio alguno, y tratando de ocultar su cercana muerte, contestó: 

-- Ahora llevo un mensaje para Mileto; cuando vuelva les enseñaré cómo. 



Por lo general, los fanfarrones siempre están al alcance del peligro. 

La zorra a la que se le llenó su vientre 

Una zorra hambrienta encontró en el tronco de una encina unos pedazos de carne y de pan que unos pastores habían dejado escondidos en una cavidad. Y entrando en dicha cavidad, se los comió todos. 

Pero tanto comió y se le agrandó tanto el vientre que no pudo salir. Empezó a gemir y a lamentarse del problema en que había caído. 

Por casualidad pasó por allí otra zorra, y oyendo sus quejidos se le acercó y le preguntó que le ocurría. Cuando se enteró de lo acaecido, le dijo: 

-- ¡Pues quédate tranquila hermana hasta que vuelvas a tener la forma en que estabas, entonces de seguro podrás salir fácilmente sin problema! 



Con paciencia se resuelven muchas dificultades. 

La zorra y el espino 

Una zorra saltaba sobre unos montículos, y estuvo de pronto a punto de caerse. Y para evitar la caída, se agarró a un espino, pero sus púas le hirieron las patas, y sintiendo el dolor que ellas le producían, le dijo al espino: 

-- ¡ Acudí a tí por tu ayuda, y más bien me has herido ! 

A lo que respondió el espino: 

-- ¡Tu tienes la culpa, amiga, por agarrarte a mí, bien sabes lo bueno que soy para enganchar y herir a todo el mundo, y tú no eres la excepción ! 



Nunca pidas ayuda al que acostumbra a hacer el daño. 

La zorra y el leñador 

Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña. 

Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra. 

El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido. 

Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. 

La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada. 

Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió: 

--Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo. 



No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras. 

La zorra y la serpiente 

Se encontraba una higuera a la orilla de un camino, y una zorra vio junto a ella una serpiente dormida. 

Envidiando aquel cuerpo tan largo, y pensando en que podría igualarlo, se echó la zorra a tierra al lado de la serpiente e intentó estirarse cuanto pudo. Tanto esfuerzo hizo, hasta que al fin, por vanidosa, se reventó. 



No imites a los más grandes, si aún no tienes las condiciones para hacerlo. 

La zorra y los racimos de uvas 

Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca. 

Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó diciéndose: 

-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... ! 



Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar. 

La zorra y el cocodrilo 

Discutían un día la zorra y el cocodrilo sobre la nobleza de sus antepasados. 

Por largo rato habló el cocodrilo acerca de la alcurnia de sus ancestros, y terminó por decir que sus padres habían llegado a ser los guardianes del gimnasio. 

-- No es necesario que me lo digas -- replicó la zorra --; las cualidades de tu piel demuestran muy bien que desde hace muchos años te dedicas a los ejercicios de gimnasia. 



Recuerda siempre que lo que bien se ve, no se puede ocultar con la mentira. 

La zorra y la pantera 

Disputaban otro día la zorra y la pantera acerca de su belleza. 

La pantera alababa muy especialmente los especiales pintados de su piel. 

Replicó entonces la zorra diciendo: 

-- ¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino más bien por mi espíritu! 



Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo. 

La zorra y el mono coronado rey 

En una junta de animales, bailó tan bonito el mono, que ganándose la simpatía de los espectadores, fue elegido rey. 

Celosa la zorra por no haber sido ella la elegida, vio un trozo de comida en un cepo y llevó allí al mono, diciéndole que había encontrado un tesoro digno de reyes, pero que en lugar de tomarlo para llevárselo a él, lo había guardado para que fuera él personalmente quien lo cogiera, ya que era una prerrogativa real. 

El mono se acercó sin más reflexion, y quedó prensado en el cepo. 

Entonces la zorra, a quien el mono acusaba de tenderle aquella trampa, repuso: 

-- ¡ Eres muy tonto, mono, y todavía pretendes reinar entre todos los animales ! 



Nunca te lances a una empresa, si antes no has reflexionado sobre sus posibles éxitos o peligros. 

La zorra y el perro 

Penetró una zorra en un rebaño de corderos, y arrimando a su pecho a un pequeño corderillo, fingió acariciarle. 

Llegó un perro de los que cuidaban el rebaño y le preguntó: 

-- ¿Qué estás haciendo ? 

-- Le acaricio y juego con él -- contestó con cara de inocencia. 

-- ¡ Pues suéltalo enseguida, si no quieres conocer mis mejores caricias ! 



Al impreparado lo delatan sus actos. 
Estudia y aprende con gusto y tendrás éxito en tu vida. 

La zorra y el mono disputando sobre su nobleza 

Viajaban por esta tierra juntos una zorra y un mono, disputando a la vez cada uno sobre su nobleza. 

Mientras cada cual detallaba ampliamente sus títulos, llegaron a cierto lugar. Volvió el mono su mirada hacia un cementerio y rompió a llorar. Preguntó la zorra que le ocurría, y el mono, mostrándoles unas tumbas le dijo: 

-- ¡ Oh, cómo no voy a llorar cuando veo las lápidas funerarias de esos grandes héroes, mis antepasados ! 

-- ¡ Puedes mentir cuanto quieras -- contestó la zorra --; pues ninguno de ellos se levantará para contradecirte ! 



Sé siempre honesto en tu vida. Nunca sabrás si el vecino que te escucha sabe la verdad y corroborará o desmentirá tus palabras 

La zorra y el chivo en el pozo 

Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar adentro por no poder alcanzar la orilla. 

Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a descender y probarla donde ella estaba. 

Sin más pensarlo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían para salir allí. 

Dijo entonces la zorra: 

-- Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de tí. 

Le creyó el chivo y así lo hizo con buen gusto, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos de su compañero, alcanzó a salir del pozo, alejándose de la orilla al instante, sin cumplir con lo prometido. 

Cuando el chivo le reclamó la violación de su convenio, se volvió la zorra y le dijo: 

-- ¡ Oye socio, si tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no hubieras bajado sin pensar antes en cómo salir después ! 



Antes de comprometerte en algo, piensa primero si podrías salir de aquello, sin tomar en cuenta lo que te ofrezcan tus vecinos. 

La zorra con el rabo cortado 

Una zorra a la cual un cepo le había cortado la cola, estaba tan avergonzada, que consideraba su vida horrorosa y humillante, por lo cual decidió que la solución sería aconsejar a las demás hermanas cortarse también la cola, para así disimular con la igualdad general, su defecto personal. 

Reunió entonces a todas sus compañeras, diciéndoles que la cola no sólo era un feo agregado, sino además una carga sin razón. 

Pero una de ellas tomó la palabra y dijo: 

-- Oye hermana, si no fuera por tu conveniencia de ahora, ¿ nos darías en realidad este consejo ? 



Cuídate de los que dan consejo en busca de su propio beneficio, y no por hacer realmente un bien. 

La zorra que nunca había visto un león 

Había una zorra que nunca había visto un león. 

La puso el destino un día delante de la real fiera. Y como era la primera vez que le veía, sintió un miedo espantoso y se alejó tan rápído como pudo. 

Al encontrar al león por segunda vez, aún sintió miedo, pero menos que antes, y lo observó con calma por un rato. 

En fin, al verlo por tercera vez, se envalentonó lo suficiente hasta llegar a acercarse a él para entablar conversación. 



En la medida que vayas conociendo algo, así le irás perdiendo el temor. Pero mantén siempre la distancia y prudencia adecuada. 

El león y el boyero 

Un boyero que apacentaba un hato de bueyes perdió un ternero. Lo buscó, recorriendo los alrededores sin encontrarlo. Entonces prometió a Zeus sacrificarle un cabrito si descrubría quien se lo había robado. 

Entró de inmediato al bosque y vio a un león comiéndose al ternero. Levantó aterrado las manos al cielo gritando: 

-- ¡ Oh grandioso Zeus, antes te prometí inmolarte un cabrito si encontraba al ladrón; pero ahora te prometo sacrificar un toro si consigo no caer en las garras del ladrón ! 



Cuando busques una solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez puede convertirse en el siguiente problema 

El león y los tres bueyes 

Pastaban juntos siempre tres bueyes. 

Un león quería devorarlos, pero el estar juntos los tres bueyes le impedía hacerlo, pues el luchar contra los tres a la vez lo ponía en desventaja. 

Entonces con astucia recurrió a enojarlos entre sí con pérfidas patrañas, separándolos a unos de los otros. 

Y así, al no estar ya unidos, los devoró tranquilamente, uno a uno. 



Si permites que deshagan tu unidad con los tuyos, más fácil será que te dañen. 

El león enamorado de la hija del labrador 

Se había enamorado un león de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio. 

Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que le inspiraba. Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición: 

que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija. 

El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba. 

Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando volvió a presentarse ya sin sus poderes, el labrador lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad a golpes. 



Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban. 



Los lobos y los perros alistándose a luchar 

Se alistaban los lobos y los perros a luchar. Eligieron los perros como general a un perro griego. Pero éste parecía no tener prisa en iniciar la batalla y por ello le reclamaron. 

¿ Saben -- contestó -- por qué doy tiempo ? Porque antes de actuar siempre es bueno deliberar. Los lobos todos son de la misma raza, talla y color, pero nosotros somos de costumbres muy diferentes, y procedemos de diversas regiones de las cuales cada uno estamos orgullosos. Nuestros uniformes no son parejos como los de ellos, tenemos rubios, negros, blancos y cenicientos. ¿ Cómo voy a empezar una guerra con soldados tan disparejos ? Primero debo idear cómo nivelar a mi gente. 



Cuando de asociarse se trata, entre más equilibrada sea la unidad de voluntad y de pensamiento entre los miembros, mayor garantía habrá de éxito. 


El lobo orgulloso de su sombra y el león 





Vagaba cierto día un lobo por lugares solitarios, a la hora en que el sol se ponía en el horizonte. Y viendo su sombra bellamente alargada exclamó: 

-- ¿ Cómo me va a asustar el león con semejante talla que tengo ? ¡ Con treinta metros de largo, bien fácil me será convertirme en rey de los animales ! 

Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de opinión se dijo: 

-- La presunción es causa de mi desgracia. 



Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás. 

El lobo y el caballo 

Pasaba un lobo por un sembrado de cebada, pero como no era comida de su gusto, la dejó y siguió su camino. Encontró al rato a un caballo y le llevó al campo, comentándole la gran cantidad de cebada que había hallado, pero que en vez de comérsela él, mejor se la había dejado porque le agradaba más oír el ruido de sus dientes al masticarla. Pero el caballo le repuso: 

-- ¡ Amigo, si los lobos comieran cebada, no hubieras preferido complacer a tus oídos sino a tu estómago ! 



A todo malvado, aunque parezca actuar como bueno, no debe de creérsele. 

El hombre al que mordió un perro 

Un perro mordió a un hombre, y éste corría por todo lado buscando quien le curara. 

Un vecino le dijo que mojara un pedazo de pan con la sangre de su herida y se lo arrojase al perro que lo mordió. Pero el hombre herido respondió: 

--¡ Si así premiara al perro, todos los perros del pueblo vendrían a morderme ! 



Grave error es alagar la maldad, pues la incitas a hacer más daño todavía. 


El perro y la liebre 


Un perro de caza atrapó un día a una liebre, y a ratos la mordía y a ratos le lamía el hocico. Cansada la liebre de esa cambiante actitud le dijo: 

-- ¡ Deja ya de morderme o de besarme, para saber yo si eres mi amigo o si eres mi enemigo ! 



Sé siempre consistente en tus principios. 




El ruiseñor y el gavilán 
Subido en un alto roble, un ruiseñor cantaba como de costumbre. Lo vio un gavilán hambriento, y lanzándose inmediatamente sobre él, lo apresó en sus garras. 

Seguro de su próxima muerte, el ruiseñor le rogó que le soltara, diciéndole que con sólo él no bastaría para llenar su vientre, y que si en verdad tenía hambre, debería de apresar a otros más grandes. El gavilán le repuso: 

-- Necio sería si te oyera y dejara escapar la presa que tengo, por ir a buscar a la que ni siquiera he visto. 



No dejemos los bienes que ya tenemos, por ilusiones que ni siquiera divisamos. 


El camello que estercoló en el río 

Atravesaba un camello un río de aguas rápidas. Sintió la necesidad de estercolar, y viendo enseguida que pasaba delante de él su excremento, arrastrado por el río , exclamó: 

-- ¿ Cómo sucede esto ? ¡ Lo que estaba atrás mío, ahora lo veo pasar adelante ! 



Es como en algunos estados o empresas, donde los incapaces y los corruptos pasan a ocupar los primeros lugares, en lugar de los más sensatos, honestos y capaces. Si llegas a tener puestos de mando, promueve siempre a los mejores. 

     
El oso y la zorra 

Se jactaba un oso de amar a los hombres por la razón de que no le gustaban los cadáveres. La zorra le replicó: 

-- ¡Quisieran los dioses que destrozaras a los muertos y no a los vivos !. 



Nunca pienses en destruir lo que es útil. Si quieres mejorar alg
o que funciona, tómalo como base inicial, sin dañarlo, y no como material de desecho.


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Y rogares al Todopoderoso;
8:6 Si fueres limpio y recto,
Ciertamente luego se despertará por ti,
Y hará próspera la morada de tu justicia.
8:7 Y aunque tu principio haya sido pequeño,
Tu postrer estado será muy grande.
AYUNO DE ACCION DE GRACIAS.
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el primer Domingo de cada mes




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