Los campos se secaron y se achicarraron por la falta de lluvia, y las cosechas se marchitaban de sed. La gente estaba ansiosa e irritable, mientras buscaba en el cielo alguna señal de alivio. Los días se volvieron áridas semanas. La lluvia no llegaba.
Los ministros de las iglesias locales convocaron a una hora de oración en la plaza del pueblo, para el siguiente sábado inspirarse.
Este sábado al mediodía, la gente del pueblo respondió en masa, llenando la plaza con caras ansiosas y corazones llenos de esperanza. Los ministros se conmovieron al ver la variedad de objetos que los concurrentes traían entre sus piadosas manos: libros sagrados, cruces, rosarios, Bíblias.
Cuando la hora terminó, como si se tratara de un mandato mágico, una suave lluvia comenzó a caer. Las felicitaciones se extendieron entre la multitud, mientras sostenían en alto sus atesorados objetos con gratitud y alabanza.
En el centro de la manifestación, un símbolo de fe pareció ensombrecer a los demás: un niño de nueve años había llevado una sombrilla.
Hebreos 11:1
"Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve."
Mateo 21:22
"Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis."
Juan 15:16
"No me elegisteis vosotros á mí, mas yo os elegí á vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé."
___________________
EL PESCADOR
Un hombre adinerado pasaba sus días pescando en el lago contiguo a su mansión. Cada día, veía en aquel lugar a un hombre muy pobre que vivía en una choza tambaleante. Pescaba con un palo y una cuerda. Lo hacía casi una hora; pocas veces conseguía más de dos pescados.
Entonces, se iba a casa.
Los años pasaron y, frustrado de tanto meditar, el rico se acercó al pobre:
Disculpe, por favor, pero hemos pescado en este lugar por años, y siento curiosidad. Usted viene aquí diariamente, logra pescar muy poco y luego se dirige a su casa. Sólo me pregunto por qué no permanece un poco más de tiempo.
Mire, si usted se queda cada día una o dos horas más, podría vender en la ciudad el pescado que le sobre.
Conseguiría dinero suficiente para adquirir una vara mejor, y así tener una pesca considerable. Tal vez pueda hacerse de un bote y una red. Pescaría aun más, y podría hasta contratar otro hombre y un bote adicional. Pronto no tendría que estar en el agua todo el día, sino que llegaría a ser dueño de una gigantesca compañía, la cual fácilmente podría pasar sus días pescando solo , el tiempo que desee, haciendo lo que le place y sin preocupaciones.
Pero señor, no entiendo -dijo el hombre pobre-, ¡eso es precisamente lo que hago!
Contentarse con la vida que Dios nos ha concedido es disfrutar la mayor de las riquezas.
I Timoteo 6:6
Un hombre, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
___________________
NO TE RINDAS NUNCA
Una vez más, la joven maestra leyó la nota adjunta a la hermosa planta de hiedra.
"Gracias a las semillas que usted plantó, algún día seremos como esta hermosa planta. Le agradecemos todo lo que ha hecho por nosotras. Gracias por invertir tiempo en nuestras vidas".
Una amplia sonrisa iluminó el rostro de la maestra mientras por sus mejillas corrían lágrimas de agradecimiento. Como el único leproso que manifestó gratitud hacia Jesús cuando fue sanado, las chicas a quienes les había dado clase en la escuela dominical, se acordaban de agradecer a su maestra. La planta de hiedra representaba un regalo de amor.
Durante meses la maestra regó fielmente la planta en crecimiento. Cada vez que la miraba, recordaba a esas adolescentes especiales y eso la animaba a seguir enseñando.
Pero al cabo de un año, algo sucedió. Las hojas empezaron a ponerse amarillas y a caerse; todas, menos una. Pensó en deshacerse de la hiedra, pero decidió seguir regándola y fertilizándola. Un día, al pasar por la cocina, la maestra vio que la planta tenía un brote nuevo. Unos días después, apareció otra hoja, y luego otra más. En pocos meses, la hiedra estaba otra vez convirtiéndose en una hermosa planta.
Henry Drummond dice: "No pienses que no pasa nada, simplemente, porque no ves tu crecimiento, o no escuchas el zumbido de los motores. Las grandes cosas crecen silenciosamente".
Hay pocas alegrías más grandes que la bendición de invertir fielmente amor y tiempo en las vidas de otras personas. ¡Nunca, nunca te des por vencido con esas plantas!
Gálatas 6:9
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
SIGUIENTE ENTERATE
....