Acab, era un hombre perverso, que por su culpa la tierra tuvo que vivir tres años de sequia, era idolatra, y siempre hacia lo desagradable a Dios. V 26 “El fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel” El principal defecto de Acab, es que era un hombre sin carácter, el no podía tomar decisiones por su propia cuenta, dejaba que su esposa lo dominara. V 25 “A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba”. Hoy en día hay muchos hombres que llevan años de casados y todavía los sigue dominando la mamita, no han podido ejercer autoridad en su hogar, dejando a la esposa como responsable, de esta manera el mismo ha dejado que el orden de Dios se invierta. La esposa es la cabeza y el esposo parece la ayuda idónea. El carácter es el sello que nos identifica, y diferencia de nuestros semejantes, el temperamento nace con nosotros, pero no el carácter, el carácter se fortalece, se forma, y se modifica a través de la toma de decisiones, a través de las experiencias que tenga con el medio, y la sociedad en la que se desarrolle, Tomar decisiones conlleva asumir responsabilidades, que es lo que precisamente muchos de nosotros no queremos tener, un padre que no quiere responder por sus decisiones, es común que cuando sus hijos le pidan alguna autorización, el los remita a su mama. Ejemplo si el niño le dice a su papa, que lo mande a un paseo el por lo general, responde: dígale a su mama, y cuando acuden a ella, ella les responde: díganle a su papa. Los hijos al saber que ninguno de sus papas, van a tomar una decisión, deciden ir sin necesidad de la autorización, los padres que no tienen carácter, por lo general, pierden la autoridad frente a sus hijos. Una persona tan mala, tan mediocre como Acab era normal que tuviera su castigo. V 21 “He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel” Pero que él sea malo, y que se haya dejado contaminar por su esposa era normal, la inquietud es como un hombre con esas características, logra mover la misericordia de Dios. V 29 “¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa”. Lo que hizo que Dios cambiara, su decisión de destruirlo, fue la humillación de Acab, Dios mira con agrado al humilde y de lejos al soberbio. Pero que es humillarse. La humillación no es causar lastima a los demás, veamos cómo se humillo Acab. V 27 “Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado”. Veamos en qué consiste cada una de las cosas que hizo Acab, y que significo su humillación: 1. Rasgo sus Vestidos: en el vestido está reflejado lo que somos, en un rey, el vestido significa poder, lo mismo que en un militar. En una ocasión cuando estaba en el ejercito, había un teniente, que les hacia la vida imposible a los soldados, en una ocasión cuando el teniente estaba molestando a uno de sus subalternos, el soldado le dijo él se creía, solo porque tenía un uniforme, que sin el uniforme el seria insignificante, el teniente molesto, se quito la chaqueta del uniforme, tiro sus insignias que le daban la autoridad sobre ese lugar, el soldado al darse cuenta de lo que el teniente hizo, se le abalanzo sobre el propinándole semejante paliza, el teniente se fue muy adolorido, y sobre todo porque no podía denunciarlo, ya que fue el mismo quien renuncio a su autoridad. Rasgar nuestras vestiduras significa, renunciar a nuestro poder, a nuestro razonar lógico, y reconocer la suprema autoridad de Dios. 2. Cilicio, en algunas versiones dice, cubrirse con ropas ásperas: esto significa incomodarse, para agradar a Dios, si quiere haga la prueba coja en este día y almidone muy bien su piyama, y en la noche acuéstese con ella, ¿no es cierto que va a estar muy incomodo?, e inclusive puede llagar al grado de sentir dolor. Hoy en día muchos cristianos quieren adorar a Dios, pero de la manera más cómoda, es mas muchas veces argumentamos que Dios nos puede escuchar en cualquier lugar y que si él quiere nos puede sanar donde estemos, ya no queremos buscar a Jesucristo siempre queremos que sea él quien nos busque. 3. Ayuno: Acab entendió que la única forma de tener una verdadera comunicación con Dios, es necesario debilitar nuestra carne para que se fortalezca nuestro espíritu. Conclusión: Dios quiere un pueblo humillado capaz de dejar a un lado su propia fuerza, sus títulos, a su capacidad humana, para depender solamente de él. Humillarse es aceptar que sin Cristo nada podemos hacer. 2 Crónicas 7: 14-15 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar” |
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